Todas
las voces mundiales hablan de que tenemos que entrar en un periodo de
descarbonización para el bien de la humanidad, se habla mucho, pero como
siempre se hace muy poco. La descarbonización es muy compleja a nivel
industrial, no solo consiste en cerrar la minería o las térmicas, según las
decisiones políticas de turno para colocarse medallas.
Nuestro
sistema energético no se cambia de golpe como creen algunos, nuestra industria
ha invertido muy poco en ese cambio, ya no digo los estados, que no han
invertido absolutamente nada, ni piensan hacerlo, menos en estos momentos de
una realidad muy compleja que llegara después de la pandemia.
Pero
una de las industrias pioneras que está en constante evolución e investigación,
como es la industria del automóvil, siempre ve a largo plazo, se diferencia del
resto de sectores por esa visión futurista que siempre les rodea. Las nuevas
propuestas de electrificación de vehículos pueden ser muy buenas y a la vez muy
malas.
Revisemos un poco los datos del parque mundial
del automóvil. Las estimaciones realizadas en 2016 por organismos oficiales,
estiman un parque total de vehículos de 1.2 billones en todo el mundo, solo 11
años antes era de 700 millones, es decir el incremento es alarmante, esto lo
hemos conseguido por países como China, en crecimiento imparable en todos los
aspectos. En España rondamos en el 2018 los 30 millones de automóviles, tenemos
17 plantas de fabricación y el estado ingresa en recaudación fiscal unos 3000
millones de euros.
Las
cifras son de record, por eso cuando hablamos de descarbonizacion rápida,
deberíamos de ser más prudentes. Pero es cierto que lo tenemos que hacer, es
necesario, pero por pasos, sería interesante diferenciar esos pasos y el
sistema energético que va dominar. Ahora mismo tenemos varios PETROLEO, GAS, HIDRÓGENO,
ELÉCTRICO, HÍBRIDO, BIODIESEL u otros. Preguntémonos, ¿Necesitamos tantos en
realidad? o puede sobrar alguno.
La
primera fase es primordial, que tipología de
vehículo queremos y necesitamos realmente. La segunda como adaptamos
toda la red internacional al sistema.
La
tercera podemos construir vehículos más ligeros, menos contaminantes, con la
utilización de componentes más ecológicos.
Seguro
que si, observando que países avanzados en normativas medioambientales, están
realizando pruebas muy exitosas con camiones eléctricos, como en Suecia, ya que
son muy conscientes de que el transporte por carretera es una fuente primordial de contaminación.
Algunos
de los proyectos reales al día de hoy son muy interesantes y muy diferentes,
pero todos con el mismo objetivo, reducir emisiones de los camiones, tales como
el “SmartRoad Gotland”, “eRoadArlanda” o el “eHighway, todos ellos centrados en
la recarga de baterías eléctricas para camiones. Estos sistemas pioneros se
centran en la descarbonización del transporte en carretera, para aumentar la
eficiencia energética, reduciendo peso y capacidad de las baterías.
El
sistema “SmartRoad” es el primer sistema
inalámbrico de carreteras, se denomina “ERS”. Se desarrolla entre un consorcio de
empresas de Israel y las instituciones
Suecas. En un tramo de 4.1km, se reduce a la conexión inalámbrica a 1.6km desde
el aeropuerto con la capital.
El
camión de 40Tn lleva instalado 5
receptores en el remolque, lo cual ayuda a disminuir el peso de las baterías y
su tamaño. Por la otra parte, en el
asfalto se realiza una zanja con una profundidad de 10cm y se instalan unas bobinas de cobre como
emisoras, las cuales se taparan con asfalto, quedando totalmente integradas en
el mismo.
Durante ese periodo donde el camión pasa por
encima de las bobinas situadas en el asfalto, los receptores del propio camión hacen que las
baterías se recarguen, con una transmisión de 20kw cada una y una eficiencia
del 90%, incluso con temperaturas de 0ºC, todo esto consigue la cifra que todos
deseamos de emisiones 0.
En los otros dos sistemas, el camión se
conecta por el suelo de forma mecánica o por la parte superior del mismo a una
red eléctrica instalada en la red vial, al extender un pantógrafo y conectarse
a una catenaria, podríamos simplificar diciendo, que sería el camión como un
tranvía rodante de gran tonelaje. Estos camiones en formato de vehículo híbrido
ya que sigue manteniendo un motor de combustible fósil.
Esto
sucede por los planes generales que tienen muchos fabricantes de electrificar
las carreteras, que parece ser, que no son los mismos de los estados o de los
lobbies energéticos.
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