En estos
momentos estamos intentando utilizar de forma eficiente todos los procesos energéticos
a nuestro alcance. El gran problema que muchas veces encontramos es el de cómo la
podemos acumular, que es una dificultad a mayores.
Las Baterías
están alcanzando con las nuevas tecnologías aplicadas y con las nuevas mezclas
de materiales, una fase importante de duración y recarga rápida. Pero lo que
tenemos que tener muy claro, es que si queremos vehículos eléctricos, tenemos
que reordenar toda la estructura urbana para conseguir recargarlos en un
espacio de tiempo razonable.
Uno de los
proyectos nacionales que se vendieron rápido, fue el de las Ferrolineras 3.0.
Investigadores de la universidad de Sevilla desarrollan un proyecto para el
aprovechamiento de la energía sobrante de los trenes de cercanías y metro.
La energía
sobrante de los trenes puede usarse para cargar coches eléctricos. Actualmente
se desaprovecha hasta un 15% de la energía generada por la red de trenes de cercanías
y metro, que podríamos aprovechar para reutilizarla para las recargas en puntos
muy cercanos a las estaciones.
Pero no
todos los trenes sirven para ello, solo los que se construyen con frenado
regenerativo. Claro está que con el pensamiento político actual de inversiones,
será muy difícil, en vez de compran tecnologías que aporten al conjunto de la
sociedad soluciones, compran de segunda mano trenes para paliar el desastre de
las líneas de cercanías, los cuales deberían de ser material para chatarra, por
consiguiente convertimos el adelanto tecnológico y las necesidades reales en
simple falacia.
Los trenes
con frenado regenerativo, es decir, que una parte de la energía cinética del
tren es devuelta a la catenaria en forma de energía eléctrica en el proceso de
frenado. Este sistema se utiliza también en los camiones,coches de F1, bicicletas o
scooters, pero donde los resultados fueron probados con éxito fue el la F1.
No obstante,
si esta energía que se produce cuando los trenes frenan no se aprovecha en ese
momento concreto, la tenemos que quemar mediante resistencias. Desaprovechando un
porcentaje muy claro de la energía que producimos por los efectos
físico-eléctricos.
Estos investigadores quieren utilizar ese
excedente de energía mediante sistemas de recarga rápida de vehículos, evitando
que no se queme y se almacene y podamos suministrara toda clase de vehículos de
movilidad eléctrica con recargas rápidas de unos 20 minutos.
Ahora ya
existen también puntos de recarga que emplean la energía solar fotovoltaica para recargar automóviles, considerándola
una producción limpia. En algunos países han desarrollado calles en el centro
de las ciudades para recargar automóviles, conectándolos a las farolas de luz
urbana. Es una idea primordial, solo tenemos que imaginar la cantidad de puntos
de recarga que se podrían utilizar en una ciudad con sus farolas de iluminación,
cientos de servicios en las zonas azules sin modificar un ápice las estructuras
sociales o urbanas. Pero todo esto solo se consigue si nuestros dirigentes
cambian el chip y se realizan planteamientos serios, de cómo queremos utilizar
todo lo que tenemos a nuestro alcance.
Se calcula
que los países de la unión Europea tienen de media entre un 50 y un 60% de
dependencia energética externa, cifra que asciende a más del 80% en España. Lo que
supone un problema tanto en el precio del combustible como en la garantía del suministro.
Todo es
posible, nuestro país debería de reflexionar sobre prioridades para ser
competitivo en los mercados, adaptando toda su estructura a la revolución tecnológica
en la que estamos inmersos. Años atrás nos dedicamos a ser Faraones, es decir
realizar construcciones megalómanas. Las cuales solo han traído desastres y
derroche económico a nuestra sociedad, ahora es el momento de la tecnología, la
investigación y la apuesta por la mejor generación que ha tenido preparada
nunca nuestra nación.
Apostemos por
el talento de los jóvenes de nuestra nación!
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