Desde hace
unos cuantos años, estamos siendo invadidos en las calles y aceras por
elementos de movilidad eléctrica. Lo urbano se convirtió en caos, debido a una
reglamentación laxa sobre estos vehículos, tanto a nivel de espolio de terreno público
por grandes compañías, como por propietarios de los mismos elementos de
movilidad.
Siempre es
lo mismo, empezamos a legislar correctamente siempre cuando pasa un accidente y
hay muertos. Las administraciones conceden licencias de explotación a empresas
sin mirar antes, necesidades, problemática, uso, masificación de las calles,
residuos, es decir, todo vale.
Pero independientemente
de esas carencias iniciales, la movilidad va cogiendo su ritmo y al mismo
tiempo vamos adaptando nuevas normas de uso para todos, estos sistemas que nos
hacen más cómodo el desplazamiento por
las ciudades, cada vez las normativas son más exigentes en seguridad vial para
su uso, tanto para el utilitario como para las empresas que los alquilan. Actualmente
el no poder circular por las aceras, el carnet para su manejo que en breve
entrara en funcionamiento, el seguro que exigen, conseguirá una buena
aceptación social de los diferentes sistemas.
Pero hoy
hablaremos de un sistema con crecimientos exponenciales, como es el patinete, elemento
que llego para quedarse y que en la zona
urbana se está asentando como imprescindible para los jóvenes.
En nuestro país
hemos inventado muchísimas cosas, muchas de ellas desconocidas para todos,
simplemente por no ser conscientes del patrimonio industrial que hemos tenido y
tenemos al día de hoy. Nuestra
ignorancia y desconocimiento, nos lleva siempre a mirar lo de fuera, pero mucho es copiado de aquí,
como es el “patinete eléctrico”.
El primer “patinete
eléctrico” con emisiones cero, se diseño y se fabrico en España, concretamente
50 uds. Este prototipo se expuso durante el II salón del automóvil de Barcelona
en 1967. La empresa que lo diseño se llama “FERVE” fundada por JOAN FERRET en
1940, que todavía existe y fabrica materiales para la Automoción.
El “ferve
patin” podía acelerar 8 km/h, se alimentaba de una batería de 12V y por cada
carga completa su uso rondaba las 8 horas, podía mover pesos de 150 kg. Su estructura
era de acero tubular, su carrocería de fibra de vidrio, claxon, faro delantero,
permitía cargas de intensidad de 10 A. se diseño para que se movieran los
empleados en las grandes fabricas.
Pero como
todo producto, tiene una época, este
parece que se adelanto a la suya, cosas que suceden muy a menudo. Pero en la época
actual el patinete se posiciona como número uno de la movilidad urbana, por ser
un elemento practico, ligero, transportable y versátil.
Las ventas
de “patinetes eléctricos” en nuestro país
en el año 2019 crecieron un 1.021%, crecimientos desorbitados para un sector,
casi todo proveniente de China, nos debería de llamar la atención que teniendo
el inventor en casa, se fabrique y se compre fuera, después nos quejamos de no
tener trabajo aquí, pero todo se lo damos a los países Asiáticos, mirando muy
poco por lo nuestro.
El coste
medio actual de un patinete eléctrico esta rondando los 300 euros actualmente,
su ligereza no tiene nada que ver con la del primer modelo español y su coste
inicial tampoco, en su época costaba 119.125 pesetas de la época , que estaría por
encima de los 20.000 euros. La ventaja del coste actual, se deriva de una producción
en serie de los componentes, cosa que no sucedía en aquellos años y las
importaciones de algunos de los materiales utilizados en la fabricación, eran
muy caras.
La producción
en serie hace reducir mucho los costes, si la mano de obra es barata se
consiguen productos a unos precios muy bajos, eso es lo que promueve la
industria en nuestro siglo, bajo reglas de dudosa ética.
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